Por Álvaro López Asensio.
Si los relatos de Mateo y de Lucas son contradictorios, no pueden los dos ser históricos: uno debe ser simbólico. Pero ¿cuál de ellos tiene más posibilidades de historicidad?. Algunos exegetas bíblicos han pensado el de Mateo. Otros, la mayoría, se inclinan por la versión de Lucas. Peor hoy los modernos estudios bíblicos han encontrado serios problemas para aceptar la historicidad de ambos evangelistas.
6.- Las debilidades de Mateo en el relato de la infancia de Jesús
Mateo habla de una misteriosa estrella que guía a unos Magos hasta Jerusalén (de Sur a Norte), que luego los lleva a Belén (de Norte a Sur), y que termina deteniéndose sobre una casa. Hoy sabemos que no existe ningún fenómeno astronómico capaz de reproducir lo que describe Mateo.
También cuenta Mateo que cuando los Magos llegaron a Jerusalén preguntando por Jesús, tanto Herodes como los Sumos Sacerdotes, los escribas y toda Jerusalén se enteraron del nacimiento del Mesías, y quedaron profundamente conmocionados por la notica (2, 3-4). Sin embargo, cuando Jesús es mayor de Edad y comienza a predicar, el mismo Mateo reconoce que nadie sabe nada de él, ni lo ve como el mesías (13, 54-56).
Otro incidente que describe Mateo es la terrible matanza de niños perpetrada por Herodes en Belén y sus alrededores. Pero ningún escritor de aquel tiempo se enteró de semejante infanticidio. Ni siquiera Flavio Josefo, un documentado escrito judío contemporáneo de Jesús, que detalla en sus obras todos los asesinatos cometidos por Herodes, supo de un episodio que hubiera sido público y notorio.
7.- Las debilidades de Lucas en el relato de la infancia de Jesús
Lucas dice que Jesús nació cuando el emperador Augusto ordenó realizar un censo en todo el mundo, siendo Quirino gobernador de Siria (2, 1-2). Peor el dato presenta tres problemas.
A.- Nunca hubo un censo mundial en tiempos del emperador Augusto.
B.- Hubo un censo en tiempos de Quirino, pero sólo en las provincias del Sur del país, es decir, no incluía Nazaret, donde vivía José y María; y además ocurrió en el año 6 después de Cristo, diez años después de la muerte de Herodes, mientras que Lucas dijo que esos hechos ocurrieron “en tiempos del rey Herodes (Lc 1, 5).
C.- Sabemos por los censos y decretos de aquel tiempo que los individuos eran censados donde vivían y trabajaban (para poder cobrarle el impuesto); José, pues, si vivía en Nazaret no tenía porqué trasladarse a Belén.
De Isabel, la madre de Juan Bautista, Lucas nos dice que era pariente de María; que ambas mujeres se conocían, y que por lo tanto los dos niños eran familiares. Sin embargo, durante su vida pública, nunca se dice que Juan Bautista era pariente de Jesús; y en (Jn 1, 33) el mismo evangelista confiesa expresamente que “no conocía” a Jesús.
Y al relatar la presentación de Jesús en el Templo, Lucas comete también varios errores. Empieza diciendo: “cuando, según la Ley de Moisés, llegó el día de la purificación de ellos… (es decir, de María y José)” (2, 22). Pero la Ley de Moisés (Lv 12, 1-6) ordenaba sólo la purificación de la madre; nunca se purificaba al padre.
Luego continúa: “Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor”. Nueva confusión de Lucas. La sagrada familia parece haber cambiado de intención. Ya no va a purificarse, como ordenaba (Lv 12, 1-6), sino a presentar a Jesús ante el Señor (ordenado en Ex 13, 1). O sea, Lucas mezcla dos ordenanzas legales del judaísmo distintas, pues no tiene bien claro qué es lo que van a hacer ellos en el Templo de Jerusalén.
Finalmente añade: “Y cuando los padres introdujeron al niño Jesús para cumplir lo que la Ley ordenaba…” (2, 27), lo cual tampoco corresponde a la realidad, porque sabemos que los judíos nunca acostumbraban a llevar al niño para la presentación del Templo; sólo el padre concurría. Vemos, pues, que los hechos narrados por Lucas distan bastante de ser históricos. Pero, si los relatos de Mateo y de Lucas no pretenden contarnos hechos estrictamente históricos ¿con qué in fueron compuestos y narrados?
8.- Las intenciones teológicas de Mateo
Mateo escribe para los judíos. Debía explicarles que Jesús es el Mesías esperado. Y como los datos históricos que tenía sobre su infancia eran pocos y dispersos, decidió construir con ellos una serie de veniales escenas para instrucción de sus lectores.
A.- En la primera (1, 18-25) relata el embarazo virginal de María, y dice que en ella se cumple la profecía de Isaías (7, 14) sobre una virgen que dará a luz a un niño descendiente de la familia del rey David. Jesús aparece aquí como el vástago esperado de David.
B.- En la segunda escena (2, 1-12) narra la llegada de unos sabios extranjeros, o magos, que quieren conocer a Jesús. El hecho de que vengan con regalos hacía pensar a los lectores en otra extranjera considerada sabia, la reina de Saba, que también vino con regalos para conocer a Salomón y a escuchar su sabiduría (1 Re 10, 1-13).
C.- En la tercera escena (e, 13-15) cuenta la huida a Egipto de Jesús. Porque en Egipto también se había refugiado una vez el Pueblo de Israel cuando su vida corría Peligro (historia de Jacob y José).
D.- En la cuarta escena (2, 16-18) describe la matanza de los inocentes ordenada por el rey Herodes, de la que se salva milagrosamente Jesús. Esto hacía recordar a la matanza de los niños israelitas, ordenada por el faraón de Egipto, de la que se salva milagrosamente Moisés.
E.- En la quinta escena (2, 19-23) cuenta cómo Jesús regresa de Egipto y va a vivir a Nazaret, se convierte en nazareno. Porque un famoso juez, llamado Sansón, también había sido un “nazireno”, es decir, un consagrado.
Mediante estos episodios, Mateo quiere decir a sus lectores judíos, que se queden tranquilos, que pueden aceptar a Jesús como Salvador y Mesías. Porque desde niño, él ha demostrado ser el nuevo David (1ª escena), el nuevo Salomón (2ª escena), el nuevo Israel (3ª escena), el nuevo Moisés (4ª escena) y el nuevo Sansón consagrado a Dios (5ª escena).
9.- Las intenciones teológicas de Lucas
Lucas presenta la infancia de Jesús en paralelismo con la infancia de Juan Bautista. Así describe la concepción de Juan y de Jesús; el nacimiento de Juan y de Jesús; la imposición del nombre de Juan y de Jesús; la vida oculta de Juan y de Jesús. Pero empela un ingenioso recurso: en cada escena agrega algún detalle para demostrar que Jesús es superior a Juan.
Lucas narra las dos concepciones, pero la de Jesús es virginal y la de Juan no. Cuenta los dos nacimientos, pero el de Jesús es celebrado por ángeles y el de Juan no. Cuenta la imposición del nombre a los niños, pero el de Jesús es claramente de origen divino, y el de Juan es motivo de discusión. Cuenta la vida privada de ambos, pero dice que Jesús crecía en sabiduría y gracia y Juan no. Y al final, añade dos manifestaciones públicas de Jesús en el Templo: a los 40 días y a los 12 años; y de Juan no.
Lucas quiso, pues, mostrar en su relato de la infancia, la superioridad de Jesús sobre Juan Bautista, en circunstancias en que su comunidad, posiblemente, dudaba de la grandeza de Jesús, y exaltaba al Bautista por encima del Señor.
10.- No armonizar lo imposible
Muchos tienen una imagen infantil de los relatos de la infancia de Jesús. Sin embargo estos detalles evangélicos tienen una importancia mucho mayor de la que nosotros les damos. No pretenden transmitir hechos estrictamente históricos, sino ofrecernos un mensaje o catequesis de vida y salvación: que Jesús es el Mesías (salvador) esperado veterotestamentario y desde toda la eternidad por los hombres (Mateo) y que él es superior a cualquier otra persona que nosotros conozcamos, por grande que ella sea (Lucas).
Con la infancia de Jesús así contada, Mateo y Lucas lograron que los lectores del Evangelio no esperen hasta la vida adulta de Jesús para saber quién era él. Ya en las primeras páginas, la Palabra de Dios nos garantiza la divinidad de este niño. Para que nos abandonemos con total confianza en las enseñanzas que él pronunciará más tarde en su vida pública. En definitiva de eso se trata; y de ellos depende nuestra salvación.